Reconoce la fatiga
Llevas un hijo/a en tu vientre. Y eso consume mucha energía. Al mismo tiempo, se supone que debes lidiar con la vida cotidiana. No es de extrañar que estés agotada. El truco es no luchar contra el cansancio: descansa tanto y tan a menudo como lo necesites.
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Verificada por Jenny Jansson
partera licenciada
Hasta la semana 12, puedes experimentar una fatiga extrema. Quizás padezcas náuseas, lo que, en el peor de los casos, empeora al ir y venir del trabajo En el trabajo, se espera que rindas como de costumbre, y es posible que tu jefe/a y tus compañeros ni siquiera sepan todavía que estás embarazada. La mayoría de la gente espera hasta el final del primer trimestre para decírselo a los demás. Algo que impide que obtengas el apoyo que necesitas. Algunas matronas opinan que obtener la atención y la comprensión que necesitas cuando todo es nuevo y la fatiga es abrumadora es una buena razón para anunciar el embarazo en una etapa más temprana.
Es importante que comprendas cuán crucial es el sueño para tu estado de salud general cuando estás embarazada. La falta de sueño aumenta el riesgo de hipertensión arterial. Cuando descanses bien, serás más feliz y el cuerpo producirá endorfinas, lo que te hará sentir feliz y satisfecha. Duerme tan a menudo como puedas e intenta recuperar el sueño perdido echándote siestas más cortas durante el día. Los expertos en sueño podrían no recomendar este método en general, ya que podría hacer que te sea más difícil conciliar el sueño por la noche, pero como futura madre no tendrás un patrón de sueño normal de todos modos. Aprovecha cada una de las oportunidades que tengas para dormir. Una almohada adicional debajo del cuello podría reducir los problemas de acidez de estómago y si te colocas una almohada entre los muslos y una debajo del vientre, podrías encontrar una posición más cómoda para dormir.
El ejercicio es bueno para la circulación sanguínea, lo que a su vez reduce el riesgo de insomnio debido al síndrome de piernas inquietas. Continúa haciendo ejercicio regularmente durante el embarazo, a poder ser a diario. Comer regular y moderadamente también favorecerá una mejor calidad del sueño. Intenta comer plátanos y nueces (a menos que seas alérgica), ya que contienen el aminoácido triptófano, que ayuda al cuerpo a crear serotonina, que favorece el sueño.
A medida que la placenta y el bebé crecen, cada vez hay menos espacio para los pulmones. Durante los últimos tres meses, puedes experimentar el llamado «hambre de aire», un tipo de disnea que también puede tener lugar durante la noche. Otros trastornos del sueño pueden ser necesidad de orinar, acidez estomacal, calambres en las piernas y, por supuesto, un/a bebé activo/a dando pataditas y moviéndose en tu vientre.
Al final del embarazo, tu capacidad de trabajar probablemente se reducirá significativamente, pero la sociedad no está realmente adaptada para atenderte cuando disminuyes el ritmo. El consejo es que reconozcas la fatiga, descanses tanto como puedas y recargues las pilas. Dormir bien crea armonía y es bueno para tu salud, así que tómatelo en serio.
Verificada por Jenny Jansson
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